Artículo recomendado: ¿Los periodistas dan por sentado las cifras?
Analizamos el artículo de Mark Coddinton y Seth Lewis publicado en NiemanLab sobre el último estudio de B.T. Lawson.
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Por Sasha Muñoz Vergara. Publicado: julio de 2021
¿Qué es más importante para un periodista?¿Ser el primero en publicar?¿O ser el primero en publicar correctamente? Esto plantea el artículo de NiemanLab que revisaremos a continuación sobre el nuevo estudio de B.T. Lawson, profesor de la Universidad Loughborough, para la revista Journalism Practice.
Hay medios que deciden obtener mayor cantidad de ‘clicks’ en sus páginas publicando una noticia primero y rectificando después. Pero, ¿cuáles son las consecuencias de esta práctica, en especial para periodistas de datos que trabajan con cifras?
La información numérica es una parte central del periodismo. Es cuestión de mirar de qué forma las historias se sustentan en números en cada pieza o artículo. Un ejemplo son las bases de datos de seguimiento de las vacunas contra el Covid-19, o del número de casos.
Mira este trabajo de The New York Times y su mapa mundial de casos de Covid-19.
Actualmente el fortalecimiento del periodismo de datos con sus visualizaciones interactivas ha reiterado el indispensable apoyo que dan los números a las historias y la influencia que pueden ejercer en las noticias.
Aunque tengamos investigaciones sobre la importancia del periodismo de datos, casi siempre se exagera la importancia del periodista de datos en los medios de comunicación y no se pone tanta relevancia en los datos. “Sí, los periodistas de datos son ahora un pilar de la mayoría de las organizaciones de noticias, pero no son los únicos periodistas que utilizan números.”, señala B.T. Lawson.
En los años sesentas y setentas surgió el periodismo asistido por computadora, o computer-assisted reporting (CAR, por sus siglas en inglés) a partir de un pequeño grupo de reporteros que sí utilizaban números en sus investigaciones, cuando el resto mayoritario de periodistas aún no lo hacían. Hoy, todo periodista da por sentado que debe incluir información numérica en sus investigaciones, mas la polémica radica en si los periodistas están cuestionando o fact-chequeando la información, llevándolos a aceptar y seguir difundiendo los errores que esos datos puedan tener cuando no lo hacen.
Revisa esta guía del Consejo de Redacción para chequear.
Para obtener una imagen más clara de cómo los periodistas recurren a los números y narrativas sobre ellos, B. T. Lawson en 2017 examinó en un estudio el uso de los números en su cobertura de siete crisis humanitarias. Lo hizo de dos maneras: primero a través de un análisis de contenido de 978 artículos de noticias de los medios de comunicación del Reino Unido. Luego a través de entrevistas con 16 periodistas involucrados en al menos una de esas historias, para obtener información adicional sobre el proceso de recibir e informar sobre números.
El título del artículo resultante - “Escondiéndose detrás de bases de datos, instituciones y actores: cómo los periodistas utilizan las estadísticas para informar sobre crisis humanitarias” - destaca uno de sus hallazgos: que los periodistas que cubren crisis humanitarias dependen en gran medida de los números, a menudo proporcionados por ONGs o la ONU, pero rara vez verifican esos números cuando los utilizan. Muchos consideran que está fuera de su papel hacer ese trabajo y “se esconden detrás” de la credibilidad percibida de sus fuentes. En ese sentido Lawson escribe, “cuando se trata de verificar los números al informar de crisis humanitarias, los periodistas perciben que su papel se limita a la evaluación de fuentes confiables en lugar de la interrogación directa del número en sí”.
Así, encontró que los periodistas desarrollaron, con notable consistencia a través de las organizaciones de medios, la práctica de reunir “evidencia de evidencia”, como una manera de determinar en qué personas e instituciones creían que podían confiar, sobre la base de tres criterios: el historial de un grupo con precisión, cuánto se dedicaba a la labor de promoción, y si el periodista tenía experiencia personal trabajando con esa fuente “sobre el terreno” de alguna manera.
¿Qué sucede, entonces, cuando algo en los datos está mal? ¿Cómo mantienen los periodistas su credibilidad cuando un número resulta ser inexacto, poco fiable o engañoso?
La mejor manera es prevenir, por eso el autor invita a usar la “regla de dos fuentes”. Hoy más que nunca, en una era de hiperinformación, consultar el mayor número de fuentes e identificarlas en las informaciones, contribuye a la transparencia y enriquece la credibilidad de la prensa entre las fake news. Los reporteros están presionados por el tiempo para entregar exclusivas informativas y no verifican los hechos o sus contenidos solo vienen de una fuente y no son contrastados. Por lo tanto, indica Lawson, el control real de los números debe prevalecer sobre las ganas de tener la primicia.
¿Tú qué opinas?